En 1996, el egiptólogo Zahi Hawass notó impresionantes destellos desde el fondo de un agujero en un oasis en el desierto de Egipto. Esto llevó al descubrimiento de varias tumbas que contenían momias del período grecorromano; todos tenían increíbles decoraciones doradas.
Momias grecorromanasEl Valle de las Momias Doradas se encuentra a 15 minutos de El Bawiti, en el Oasis de Bahariya, a unos 400 kilómetros de El Cairo.
Aunque existen vestigios de una población paleolítica en la zona, fue durante el Reino Medio cuando este punto verde en medio del desierto llamó la atención de los antiguos gobernantes egipcios. Allí convergieron rutas comerciales y nómadas, convirtiéndose en un enclave defensivo de las fronteras occidentales.
Bahariya floreció especialmente a partir de la dinastía 26 y después de la llegada de Alejandro Magno y los Ptolomeos.
La mayoría de las momias descubiertas pertenecen al período grecorromano (entre el siglo IV a. C. y el siglo IV d. C.), cuando el oasis servía como centro de exportación de vino al resto del valle del Nilo.
La excavación dirigida por Hawass descubrió que la población del oasis, compuesta en su mayoría por artesanos y comerciantes, había sido enterrada en panteones familiares que habían acumulado momias de hombres, mujeres y niños de diversas edades a lo largo del tiempo. Se trata de las Momias Doradas y están espléndidamente vestidas con hermosos cartonajes y máscaras cubiertas con finas capas de oro sobre estuco.
Elementos egipcios y griegos. La momificación en la época grecorromana enfatizó la apariencia externa de la momia. El cadáver, una vez vaciado, era reforzado con palos o juncos y cubierto con grandes cantidades de resina.
“Aún se podía oler la resina utilizada”, señala Hawass, recordando el momento en que entró en las tumbas. Más tarde, envolverían a la momia en una venda de lino formada por intrincados patrones geométricos que le daban una sensación de profundidad.
En ocasiones, la máscara funeraria era modelada con cartón de papiro enlucido y pintado sobre el torso y rostro del difunto. En el caso de las familias adineradas, ésta estaba cubierta con finas capas de oro.
La decoración de las vendas y máscaras de las momias bahariyas muestra una llamativa combinación de elementos egipcios y griegos.
Los peinados grecorromanos se representaron junto con imágenes de dioses del antiguo Egipto, como Isis, Anubis y Horus. Una momia femenina encontrada en un sarcófago de madera tenía a sus pies una estela que mostraba a la difunta vestida al estilo romano y dirigiéndose al umbral de una puerta que la conduciría a la resurrección.
Sobre el rostro de algunas momias se colocaron algunas placas de obsidiana, mármol o vidrio. Estos simbolizaban los ojos y los párpados y daban vida a la mirada del difunto.
Se han encontrado momias pertenecientes a las clases menos favorecidas del oasis en muy mal estado de conservación: fueron envueltas descuidadamente durante la momificación y no fueron depositadas dentro de ningún sarcófago de las tumbas.
También se han encontrado sarcófagos antropomorfos realizados en terracota, y en ocasiones aparecen elementos conmovedores. Por ejemplo, una momia femenina cuyo rostro había sido inclinado hacia un lado para poder contemplar la momia de su marido, que yacía junto a ella, que había fallecido antes.
Tumbas y ajuar funerario La mayoría de las tumbas descubiertas tienen una estructura similar. Hay unas escaleras de acceso que conducen a una pequeña sala donde se recibió el cuerpo del fallecido.
Luego, un pequeño pasillo conduce a los nichos laterales donde fueron depositados los cadáveres. Aquí hay tumbas que se asemejan a una especie de catacumba donde simplemente se amontonaban las momias.
Algunas tumbas muestran al dios Anubis pesando el corazón del difunto junto con la pluma de Maat ante Osiris como decoración.
Se han encontrado estatuas de dolientes y del dios Bes, protector del hogar, en ajuares funerarios, como vasijas de ofrendas con restos de vino, comida y joyas de bronce, plata, cobre, loza y marfil.
También se han encontrado monedas de la época grecorromana, una de ellas del reinado de la famosa Cleopatra VII.
Entre los hallazgos más notables se encuentra el sarcófago de piedra caliza que escondió la momia del gobernador de la dinastía 26 de Bahariya, Djed-Khonsu-euf-Ankh, y las momias de su esposa Nesa II, su hermano y su padre.
Las tumbas de Ta-Nefret-Bastet, Ped-Ashtar y Thaty son de la misma época y fueron saqueadas durante la época romana y posteriormente reutilizadas.
El Valle de las Momias Doradas es uno de los sitios descubribles más importantes del período grecorromano de Egipto, y su estudio aún está lejos de terminar. En palabras de Hawass, la excavación en la zona de Bahariya podría durar décadas y se espera que durante su transcurso se descubran más de 10.000 momias.
Fuente: Bárbara Ramírez, National Geographic