Arqueólogos alemanes y kurdos han descubierto una antigua ciudad que emergió en medio de la sequía en Irak.
En los últimos meses, Irak ha estado experimentando una crisis de sequía, que se ha visto exacerbada por los picos de temperatura inducidos por el cambio climático. Esto ha hecho que salgan a la luz las huellas dejadas hace milenios por personas y civilizaciones.
Desde diciembre de 2021, las regiones del sur de Irak han estado extrayendo grandes cantidades de agua del embalse de Mosul, -el almacenamiento de agua más importante del país-, para evitar que sus cultivos se sequen. Estas drásticas medidas llevaron indirectamente a un hallazgo impactante, ya que la caída de los niveles de agua revelaron una ciudad de hace 3.400 años.
Dado que la presa se creó en la década de 1980 antes de que el asentamiento fuera estudiado y catalogado arqueológicamente, su resurgimiento representó una rara oportunidad para que los científicos la exploren.
Una exploración contrareloj
Su reaparición repentina, junto con la posibilidad de que se volviera a sumergir una vez que los niveles del agua subieran de nuevo, creó un escenario de alta presión para los investigadores.
No es la primera vez que la ciudad surge de las aguas. En 2018, la presa retrocedió lo suficiente como para dar a los arqueólogos una breve ventana para descubrir y documentar las ruinas, antes de que el nivel del agua subiera y las cubriera nuevamente. Por ello, en esta ocasión, los expertos movilizaron rápidamente un equipo para excavar y documentar la ciudad, antes que el agua sumergiera la ciudad nuevamente.
Es así que el arqueólogo kurdo Hasan Ahmed Qasim, presidente de la Organización de Arqueología de Kurdistán, y los arqueólogos alemanes Ivana Puljiz (Universidad de Friburgo) y Peter Pfälzner (Universidad de Tubinga) decidieron emprender excavaciones de rescate conjuntas en el sitio arqueológico nombrado Kemune. Las excavaciones tuvieron lugar en enero y febrero de 2022 en colaboración con la Dirección de Antigüedades y Patrimonio en Duhok (región del Kurdistán de Irak).
Una próspera ciudad antigua
Según informó la Universidad de Tübingen en un comunicado de prensa, la antigua ciudad es bastante extensa, tiene una gran fortificación con un muro y torres, un complejo industrial y un enorme edificio de almacenamiento de varios pisos, e incluso un palacio.
Se cree que se trata de Zakhiku, un sitio importante durante el Imperio Mitani, que prosperó a orillas del río Tigris entre 1.550 y 1.350 a.C., controlando gran parte del norte de Mesopotamia y Siria.
Uno de los hallazgos que más destacó fue el de cinco vasijas de cerámica que contenían más de 100 tablillas cuneiformes que datan del período asirio medio.
El cuneiforme era el sistema de escritura utilizado en el antiguo Medio Oriente.
«Es casi un milagro que las tablillas cuneiformes hechas de arcilla sin cocer sobrevivieran tantas décadas bajo el agua», dijo Pfälzner.
La notable conservación de las paredes de adobe de la ciudad sorprendió a los arqueólogos, teniendo en cuenta que habían estado bajo el agua durante tantos años. Sin embargo, lo atribuyeron a un terremoto que devastó la región alrededor del año 1350 a. C., el cual se derribó edificios y provocó que una capa protectora de escombros cayera sobre las paredes intactas restantes, cubriendo sus murales pintados y el contenido de los edificios.
El equipo de arqueólogos espera que las tablillas encontradas puedan contener alguna información sobre quién vivía en la ciudad, y tal vez incluso sobre el propio terremoto que provocó su desaparición.
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Los arqueólogos cubrieron completamente con láminas de plástico ajustadas y relleno de grava, para proteger los muros de arcilla sin cocer y cualquier otro hallazgo aún escondido en las ruinas, y así evitar más daños al importante sitio por el aumento del agua. La ancestral ciudad está ahora una vez más, completamente sumergida.