Antes de sembrar las semillas, es útil remojarlas en agua tibia durante unas horas para ablandar la cubierta exterior y acelerar el proceso de germinación. Luego, puedes sembrar las semillas en una mezcla de sustrato bien drenado y mantenerlas en un lugar cálido y soleado. Mantén el sustrato húmedo pero no demasiado empapado. En unas pocas semanas, deberías comenzar a ver los brotes emergiendo de la superficie del sustrato.

El método de propagación mediante esquejes también es popular y puede ser más rápido que el cultivo de semillas. Para hacerlo, selecciona un esqueje saludable de una planta madre y deja que se seque durante unos días para que se forme una capa protectora en el extremo cortado. Luego, puedes plantar el esqueje en un sustrato bien drenado y mantenerlo en un lugar cálido y luminoso. Asegúrate de mantener el sustrato ligeramente húmedo y evita el exceso de riego para evitar la pudrición de las raíces. Con el tiempo, el esqueje desarrollará raíces y se convertirá en una nueva planta.

Independientemente del método que elijas, es importante proporcionar a la rosa del desierto las condiciones adecuadas para su crecimiento. Necesita un sustrato bien drenado, ya que el exceso de humedad puede ser perjudicial para sus raíces. Además, requiere una exposición adecuada al sol, al menos varias horas de luz directa al día.

A medida que las plantas jóvenes de rosa del desierto crecen, puedes transplantarlas a macetas más grandes a medida que sus raíces se desarrollan. Recuerda proporcionarles un fertilizante equilibrado específico para cactus y suculentas para promover un crecimiento saludable.

En resumen, la propagación de la rosa del desierto puede ser una experiencia gratificante. Ya sea que elijas cultivar semillas o esquejes de adenium, asegúrate de proporcionarles las condiciones adecuadas de luz, agua y sustrato. Con paciencia y cuidado, podrás disfrutar de la belleza exótica de estas plantas en tu propio jardín o hogar.

Fuente: https://www.homiful.com